Jueves, 22 de septiembre de 2016 - Edición impresa
Un, dos, tres… por la adultez
Antonio Alonzo Ruiz (*)
Resulta aventurado pensar que las cosas deberían ser como tú quieres que sean o como tú crees que debieran ser. Pensar de esta manera —inflexible— provoca sentimientos de frustración y abatimiento, tan fuertes y recurrentes, como tan fuerte y recurrente sea tu creencia o convicción al respecto.
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