Uno, dos, tres… por la adultez
Antonio Alonzo Ruiz (*)
Una vez exploradas las premisas de la educación emocional que te ayudan a desarrollar habilidades emocionales y compartir tus emociones con los demás, pasemos a analizar la utilidad de estas habilidades cuando surgen conflictos.
Con frecuencia, cuando piensas en los acontecimientos problemáticos de la vida cotidiana, añades a éstos una connotación negativa, asociando directamente el término “conflicto” con situaciones de pleitos, gritos y agresividad y con emociones tales como impotencia, rabia e ira.
Sigue la lectura dando clic en la imagen:
0 comentarios:
Publicar un comentario