Uno, dos, tres… por la adultez
Antonio Alonzo Ruiz (*)
Cuando la ruptura en una relación tiene su origen en alguna acción u omisión considerada como intolerable o imperdonable, ésta suele causar emociones ambivalentes, ya que puede hacerte sentir víctima y victimario, traicionado y traicionero, inocente y culpable a la vez.
Para resolver este tipo de dificultades lo más recomendable es “sanar emociones”, para lo que, a su vez, es necesario tomar tres decisiones inteligentes:
Decidir perdonar, decidir estar alegre y decidir amar. Tal vez pienses que perdonar es un acto de generosidad o de bondad de tu parte, cuando en realidad es una decisión personal y espiritual, que debes tomar por convenir a tu propia salud física, mental y espiritual.
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